Ràbia

Nos quedan la rabia y los sueños. Nos quedan la rabia y nos quedan los sueños. Nos quedan la rabia y los sueños. Los sueños que os roban y os quitan el sueño. La rabia. Cuando no hay otro camino. La rabia. Y las palabras no sirven de nada. La rabia. Cuando parece estar ya todo dicho. La rabia. Cuando ya no queda nada, ¿qué queda? la rabia, tansolo la rabia. Quisiera, quisiera que todo fuera distinto. Que el odio perdiera todo sentido. Que nadie mas sintiera la obligación de tener que tomar ese arriesgado camino que tantas vidas está arrebatando. Por el que tantas lágrimas se han derramado. Y que ha destrozado ya tanta ilusión como vidas se han ido quedando en el camino. Nos queda la rabia y los sueños. Nos queda la rabia y nos quedan los sueños. Nos queda la rabia y los sueños. Los sueños que os roban y os quitan el sueño. Lo siento. Siento decir lo que siento. Por mas que la verdad duela. Mas duele la indiferencia de quienes al vernos ya ven un problema. ¿Acaso existe violencia que sea comparable a ésta? ¿Más cotidiana y mas sucia, y mas dura y mas cruel, y con mas muertos de pena? Da pena ver que no dejáis mas camino que responder a la fuerza con fuerza ¿Que desearos? El mismo destino que nos habéis previsto: el abrazo de la tierra. Y que sintáis de una vez por todas miedo. Que nunca más tengáis el sueño tranquilo. Que vuestra vida esté pendiente de un hilo, como lo está la nuestra desde que nacimos. Nos queda la rabia y los sueños. Nos queda la rabia y nos quedan los sueños. Nos queda la rabia y los sueños. Los sueños que os roban y os quitan el sueño. ¿Sabes? Debes saber que igual que ganas también puedes perder. Nos queda la rabia y los sueños. Los sueños que os roban y os quitan el sueño. Nos queda la rabia y los sueños. Los sueños que os roban y os quitan el sueño...


Hace unos días caía muerto un policía. Tres iban a ser los disparos que acabaron con su vida. Hace unos días mataron a un policía. Ejemplar trabajador, esposo y padre de familia. Al día siguiente nadie hablaba de otra cosa , al día siguiente no existía otra noticia. Al día siguiente asistimos a su entierro y lloramos. Cuando dijeron llorad, obedientes, lloramos. Dolidos por la pérdida de ese gran hombre, hicimos nuestro el dolor de aquella familia. Calificamos de inútil aquella última muerte. Exigimos y rogamos, suplicamos que así fuese. Sentimos nuestro cada pésame enviado. Con él, dijeron, nos han matado a todos. Guardamos luto y un minuto de silencio junto a las Autoridades de cualquier color y signo. Fuimos testigos de todo ese gran teatro. De los comunicados de condena y de repulsa. De las banderas que hondeaban a media asta, de esa inmensa mayoría, de sus gritos, del ya basta. Basta. Asistimos a todas las concentraciones. Fuimos a las mil y una manifestaciones. Vestimos lazos de todos los colores. Sus palabras permitieron que no dijésemos nada. Aquellos días vestimos de tolerancia. Cerramos filas en torno a la Democracia. Ciudadanos bien, ciudadanos de bien acusan de no se qué, acusando a no se quien. El mismo día hubo una muerte sin noticia, una de tantas que no se rentabilizan. Una de tantas en las que es algún obrero el que al igual que al vacío cae también en el olvido. ¿Qué valor tiene la muerte de un desgraciado? El mismo valor que tuvo su nacimiento. ¿Dónde están sus viudas?, ¿Dónde? ¿Dónde están sus hijos?,¿Dónde las condolencias? ¿Dónde tanto y tanto grito? Fuimos testigos de todo ese gran teatro. De los comunicados de condena y de repulsa. De las banderas que hondeaban a media asta. De esa inmensa mayoría, de sus gritos, del ya basta. Basta ya. Basta ya. Ni sus manos son tan blancas. Ni son blancas sus palomas. Ni es tan blanca su bandera. Ni tampoco sus entrañas. Su cal si que es blanca. Fuimos testigos de todo ese gran teatro. De los comunicados de condena y de repulsa. De las banderas que hondeaban a media asta. De esa inmensa mayoría. De sus gritos, del ya basta.

Basta.